“Es el final del mundo”, dijo la oruga.
“Es justo el comienzo”, dijo la mariposa.
La mente es el órgano del cuerpo capaz de crear los pensamientos, el entendimiento, la memoria además de otras habilidades cognitivas. Puede dirigir absolutamente a todo el cuerpo y sus sistemas y además puede servir como elemento de atracción.
Nuestra mente es nuestra mejor amiga si la alimentamos con pensamientos positivos únicamente, pero también, puede llegar a ser nuestro peor enemigo si le permitimos que genere pensamientos negativos o inútiles.
En apariencia, la mente es algo invisible, más no sus efectos, los cuales se reflejan en nuestra cara, nuestras palabras o en nuestro comportamiento. Si, por ejemplo, nuestros pensamientos son de tristeza, aunque intentemos evitar esa tristeza con una sonrisa artificial, tarde o temprano se hará visible a través de los ojos o de las palabras.
La mente es como el viento, no se ve pero podemos sentirlo. Es como los cimientos de una casa, no podemos verlos pero son los responsables de la estabilidad del edificio. O es como las raíces de un árbol, están bajo tierra y no las podemos ver, pero aún así le dan al árbol la fortaleza para superar las tormentas. Esto me parece realmente fascinante.
Por lo tanto, comprendiendo esto, de ahora en adelante deberíamos plantearnos enviar a nuestra mente pensamientos positivos, lo cual sólo depende de nuestra voluntad de querer llevarlo a cabo.
Recordemos que “lo invisible determina la calidad de lo que es visible”. Nuestras palabras y acciones son el reflejo de nuestros pensamientos.
Los seres humanos somos energía y esa energía está expuesta a cambios externos o internos de polaridad y el centro maravilloso es el cerebro, el cual emite ondas positivas o negativas; si sabes controlar tus pensamientos serás feliz, éstos triunfan en todo lo que se proponen.
En fin, de ahora en adelante siempre que un pensamiento negativo o pesimista intente apoderarse de tu ser, recuerda lo aquí explicado y mejor transforma y transmuta ese pensamiento o sensación en algo reconfortante. ¿Cómo? Ya lo sabes con la fuerza de la mente.