Como sino del título de la obra, el montaje de Quemar las naves se ha ido consumiendo en cada reposición que le he conocido. Esperanzado en su vuelta al foro de su estreno, en el Museo de la Ciudad de Querétaro, lo vi nuevamente programado 22 y 23 de julio dentro del Encuentro Transdisciplinario Imaginartes, pero me anticiparon que aquellos velámenes creados con descomunales sombrillas no surcarían el Atlántico trayendo a Remedios Varo huyendo de Francia en 1941 ante invasión del nazismo con toda su secuela persecutoria.
Además no vi la reproducción de la obra “Rompiendo el círculo” que tan atinada y sorpresivamente venía en una maleta que su intérprete (Rommina Reynoso) así muy bien nos informaba a quién teníamos enfrente (María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga natural de Girona, España), ante la carencia de programa de mano. La inerme fragilidad de quien ha emprendido presurosa la imprevista fuga apenas con lo alcanzado en el apremiado paso ha quedado menguada al aparecer protegida por abrigador saco marinero. El mismo efecto tienen las botitas cafés que han sustituido las bailarinas rojas con punteras ratón, taloneras media y palas escotadas, con éstas, más la falda igualmente roja y la blanca blusa tejida de trama abierta Remedios parecía la inocencia de la precipitada juventud esperanzada en la endeble fuerza de la ilusión dispuesta a afrontar los vaivenes furiosos del ignoto porvenir.
Ese contrastante inicial de la fuerza indómita, y hasta cierto punto bullanguera, con aquel desplazamiento poderoso y tormentoso a expensas de la fuerza del mar, pasando a la acongojada inestabilidad social ha quedado muy desdibujado. Para colmo también la identidad forastera del personaje: el procedimiento burocrático de la llegada a México de la futura pintora surrealista tampoco lo vi. ¿Huyó pero no llegó, o en dónde terminó su viaje?
El preciosismo entusiasmante y lucimiento contagioso de diferentes habilidades artísticas ahí están cada vez más solventes y mejor asumidas, como las interpretaciones musicales, tanto cantadas como instrumentales; el desempeño circense, sobre todo el sustentado en la comicidad. Qué bueno que regresó el incierto oleaje desde sendas riberas atlánticas con el cruce poco controlable de botellas desde ambos extremos del foro. Sin embargo la médula de la trama: la doliente ruptura de la migración que conocemos a través de quien la padece, apenas la vi sobrevivir, y esto principalmente de una manera declamatoria, por cierto transmitida con atinada y convincente emoción y sentimentalismo.
Quemar las naves, de Imanol Martínez, nació con sabor nostálgico con aquella maltrecha maleta cuadrada nada emparentada con el veliz Samsonite visto en las recientes fechas, y ya tiene una nostalgia que se anhela, y posiblemente, rescoldos que recuperar.
De la mesa de debates del viernes 25, que bien pudo ser mesa de centro para que departieran dos convocantes, Rodrigo Canchola y Mónica Durán, dos teatreros y una espectadora acompañada de su nieto salió a relucir una inquietud por parte de Imaginartes Compañía Teatral de aquel comodato con que fue administrado, años ha, el teatro del Instituto Mexicano del Seguro Social. A ese ánimo memorioso agregué el Festival de Teatro Estudiantil, muy poco alentado en la actual administración gubernamental y finalmente desaparecido; así como el proyecto “Foro Múltiple” en el Museo de la ciudad de Querétaro, respaldado por el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural en los Estados (PAICE) en el último octubre del primer gobierno panista y del que el siguiente tomó esencialmente el nombre para bombo y platillo de un espacio alternativo que quedó muy lejos del proyecto arquitectónico. Ahí están esos rescoldos escénico arquelógicos. ¿Cuáles logrará reavivar Imaginartes?
Sin nada, pero con cincuenta y cinco participantes, fue levantado el “Encuentro 2014”. Quedan por lo menos el ánimo y la inquietud en un directorio integrado por nueve actores, o afines a ellos, y la reafirmación con la afluencia a ocho espectáculos teatrales programados con veinticinco funciones para ambicionar empresas impensables, en apariencia inalcanzables.
Otro viaje, pero que sí implicará un traslado, emprenderá Unidos Tango hacia Argentina. Gerardo González Espinosa, Mónica Rodríguez, Marta Mota y Arnulfo García iniciarán el 12 de agosto el viaje para participar en el “XIII Festival y Campeonato Mundial de Baile de Tango”, en Buenos Aires, del sábado 16 al martes 26, corriendo el concurso a partir del miércoles 20 en sendas categorías tanguísticas: de pista y de escenario, diferenciándose principalmente por la improvisación en la primera y la coreografía preparada en la segunda.
El ensamble queretano estará presente por sexta ocasión, segunda en la categoría de pista. Para la de escenario la pareja Gerardo-Mónica ha preparado la interpretación “Gallo ciego” y los alumnos de G. González “Pata Macha”. Ambas danzas pudimos apreciarlas en el programa La increíble y terrible odisea de la hermosa moza donosa presentado los días 26 y 27 de julio en el foro del Museo de la Ciudad de Querétaro, muy apoyados por los fieles de la milonga.
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